lunes, 21 de mayo de 2012

Los Samuráis de Wolfang Schwentker

Nos encontramos ante un libro, que por su pequeño tamaño, (el texto íntegro no llega a las 170 páginas), y por el tema que trata, ya indica unas posibles carencias.

Y así es. Pero de todos modos no lo linchemos tan rápido, ya que, en mi humilde opinión, tiene su punto bueno. Se ve enseguida que este libro es un «Breve historia…» camuflado; pero tiene la virtud de ir un poco mas allá, pues nos da una serie de datos e informaciones que tienen su peso y valía y que no se encuentran en un «Breve…». De hecho es netamente superior a su homónimo de la colección Nowtilus.

El autor, ya avisa en el prólogo de que su obra se sitúa «en el marco de los acontecimientos culturales, sociales y políticos acaecidos en Japón durante un periodo de más de mil años». En este contexto Schwentker, nos cuenta cosas muy interesantes, pero ello no evita que su obra sea incompleta. Incluso a pesar de su aviso en el prólogo, nos habla también de otros campos en los cuales se ve claramente que el título del libro le va demasiado grande.


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viernes, 18 de mayo de 2012

El mito de Camerone de Joaquín Mañes Postigo

Toda unidad militar tiene sus ritos y tradiciones. Sus ceremonias cuasi fúnebres en las que el recuerdo de los caídos se honra y se evoca como ejemplo que guíe la actuación de los sucesores de aquellos héroes. Se establece un lazo emocional entre el pasado y el presente. Y en pocas unidades esta liturgia alcanza un significado tan hondo como en la Legión Extranjera Francesa, donde a la vez que se escuchan reverencialmente los hechos que condujeron al martirio se saca en procesión la reliquia sagrada: La mano de madera del capitán D´Anjou.

Y este libro, en 217 páginas, no solo está encargado de relatar el suceso. Igual de importante es situarlo en su dimensión mítica, tratar de transmitirnos su componente espiritual para los legionarios, su función angular en la construcción de una identidad colectiva para una unidad militar que destaca precisamente por la falta de esta entre sus hombres.


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jueves, 17 de mayo de 2012

Mujeres tenían que ser de Felipe Pigna

"Hace más de dos siglos, Charles Fourier aseguraba que "los progresos sociales y cambios de época se operan en proporción al progreso de las mujeres hacia la libertad". La historia argentina, desde la conquista española hasta la actualidad, corrobora a diario la afirmación del socialista utópico francés.
Las mujeres representan hoy "la mitad más uno" de la sociedad argentina, pero han cargado y cargan con buena parte del peso de la historia del país. Como protagonistas en todos los aspectos construyeron su identidad a través del trabajo, la cultura, los debates, las luchas políticas y sociales, la vida familiar, barrial y colectiva. Un papel que, por lo general, suele negarse o limitarse a la mención de unas pocas figuras a la hora de escribir la historia, en la medida en que estas mujeres se hayan destacado en tareas, roles, profesiones u oficios definidos como "masculinos".

Esta nueva obra de Felipe Pigna recorre el protagonismo de las mujeres en la historia argentina, desde las pobladoras originarias y su resistencia a la conquista europea hasta quienes obtuvieron las primeras victorias en su larga lucha por la igualdad. Describe su vida cotidiana, las condiciones legales, sociales y culturales en que la llevaban adelante, y la participación femenina en los procesos históricos, políticos y económicos, siempre mucho más destacada de lo que en general se ha difundido. Este valioso libro ilumina a las mujeres que diariamente cargaban sobre sus espaldas el peso de la historia, las que rompían los moldes que se les pretendían imponer, lo que se dijo de ellas y lo que ellas dijeron de sí mismas y del país y del mundo que contribuyeron a construir."


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miércoles, 16 de mayo de 2012

Norton I, Emperador de los Estados Unidos y Protector de México

Bien conocido es que, desde sus primeros días, los Estados Unidos de América huyeron de cualquier tipo de forma de gobierno relacionada con la monarquía, a pesar de que históricamente llegue a ser conocido su dominio como cercano al fenómeno imperial. Ahora bien, hubo alguien que se autoproclamó Emperador de los Estados Unidos y, sólo por ese sencillo ataque de lunática megalomanía, merece un pequeño hueco en cualquier recopilación de hechos curiosos y excentricidades.

Su Majestad el Emperador Norton I de los Estados Unidos de América y Protector de México, era un tipo de lo más curioso. Su nombre real, o al menos uno de los que utilizó, era Joshua Abraham Norton y, aparte de eso, poco se sabe acerca de sus orígenes. El Emperador, que vivía en San Francisco, había llegado a California como un aventurero más a mediados del siglo XIX, durante la fiebre del oro. Posiblemente nació en Inglaterra y, cuando falleció, en 1880, los cronistas calcularon que debía rondar entre los sesenta y cinco y los setenta años de edad.

De niño pasó un tiempo con su familia en Sudáfrica, donde su pades había emigrado hacia 1820. Sus parientes, próspera estirpe de comerciantes judíos, proporcionó como herencia a Norton una buena suma de dinero. Con los bolsillos llenos, decidió probar fortuna en América y, al principio, sus aventuras comerciales marcharon por buen camino. La avaricia hizo presa en sus deseos, especuló despiadadamente con el precio del arroz y terminó perdiendo casi todo su capital, hasta verse obligado a declarar la bancarrota de su sociedad tras perder diversos litigios presentados en su contra por sus socios.

Ahí está, posiblemente, el origen de su excentricidad. Alguien que había estado siempre en la cima, vivido de forma opulenta y acostumbrado a los tratos comerciales con diversos países, no podía quedarse quieto viendo cómo los días pasaban sin más. Por un tiempo desapareció, y nadie sabe a ciencia cierta dónde pudo vivir, hasta que reapareció repentinamente convertido en un extraño personaje. Envió cartas y artículos a diversos periódicos de San Francisco, quejándose del sistema de gobierno estadounidense, de su justicia y de los funcionarios del estado. Finalmente, presentó como la única solución a todos los males burocráticos del país una solución de lo más cómico. Proclamado a sí mismo como Emperador, llamó a representantes de todos los estados a reunirse en forma de nueva cámara de representantes en San Francisco. Sucedió en 17 de septiembre de 1859 y, al principio, tanto los periódicos como el público siguieron sus acciones con expectativa, como si se tratara de una obra de teatro. Norton I gritaba por doquier contra la corrupción, ordenaba movimientos de tropas y la abolición de las leyes anteriores así como la disolución del Congreso.

Se inició así uno de los “reinados” más surrealistas de cuantos haya habido nunca. Con el paso del tiempo Norton I estableció todo tipo de leyes para gobernar su imperio y planeó la construcción de grandes infraestructuras. Mandó la construcción de un puente colgante precisamente en el mismo lugar sobre el que muchos años más tarde se levantaría el Golden Gate, redactó edictos de todo tipo y, para colmo, se nombró Protector de México, porque en su opinión los gobernantes de ese país eran incapaces de hace prosperar a su pueblo.

No se sabe si Norton I se tomaba en serio a sí mismo, puesto que su influencia no pasaba de las risas que solía levantar a su alrededor, pero la función duró bastante. Su personaje imperial tenía espacio asegurado en la prensa, muchos curiosos visitaban su Corte, que no era más que un viejo edificio de apartamentos de alquiler. Vestido con sus ropajes imperiales, paseaba por San Francisco acompañado de sus dos perros, siendo saludado, o insultado, por quienes con él se cruzaban. Pero lo que comenzó como una protesta esperpéntica fue dando paso a un personaje típico de la ciudad. Como si se tratara de una atracción de feria, llegaban gentes desde muy lejos a conocer al gran Emperador, los restaurantes le ofrecían comidas gratuitas, sobre todo porque su presencia animaba el ambiente. Las críticas de Norton I fueron efectivas muchas veces, su ácido estilo a la hora de redactar sus artículos-leyes podían hacer daño a la credibilidad de personas o empresas, porque solía fijar el blanco de sus ataquen en problemas que acuciaban a los habitantes de San Francisco, quienes lo adoptaron como si fuera parte del paisaje urbano. Fueron muchos los incidentes que protagonizó, como el instituir un impuesto a los tenderos de San Francisco para mantener la Corte. Apenas se trataba de unos centavos y, muchos de ellos, pagaron gustosos, con tal de que el “circo” se mantuviera. En medio de las calles pronunciaba discursos, gritaba indignado contra de las penurias de los trabajadores, mientras sus medallas brillaban al sol. En cierta ocasión, habiéndose dañado su imperial atuendo y ante sus insistentes quejas, las autoridades municipales le obsequiaron con nuevas ropas.

Norton I se carteó con grandes personajes de su época, acudió a recepciones y fiestas y hasta logró acuñar ficticio papel moneda con su efigie, unos billetes que hoy se han convertido en carísimos objetos de coleccionismo. En medio de la Guerra Civil ordenó el alto al fuego y la reconciliación de las partes, claro que, como no podía ser de otro modo, ni Lincoln ni Jefferson Davis le hicieron caso alguno.

Tras más de dos décadas de mandato, el Emperador Norton I falleció durante una vehemente exposición de sus ideas ante un público expectante. La ciudad lo consideró una gran pérdida e incluso hoy es recordado, pues aunque lunáticos hay muchos, personajes tan originales son escasos. Ciertamente, causaba risa, pero sus discursos solían ir más allá de lo meramente circense. Hoy, una tumba recuerda el paso de Norton I por el mundo bajo un epitafio de lo más directo: Emperador de los Estados Unidos y Protector de México.

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martes, 15 de mayo de 2012

Breve Historia de la Corona de Aragón

Descubra las claves de la formación, expansión y decadencia de la Corona de Aragón alejada de reivindicaciones nacionales, discursos ideológicos o escritos tendenciosos, tratando lostemas polémicos pero siempre justificando los argumentos y citando todas las fuentes disponibles.Un riguroso y ameno estudio que nos adentra en la apasionante época de la creación de un gran imperio mediterráneo, sus dificultades para superar la crisis bajomedieval, la guerra civil catalana que asoló el territorio durante diez años o las causas de la unión dinástica con la Corona de Castilla, con protagonistas tan sonoros como Jaime I el Conquistador, Ramon Llull, Roger de Flor, Fernando II el Católico y tantos otros. Breve historia de la Corona de Aragón analiza polémicas todavía hoy abiertas, como el origen del escudo de las cuatro barras o la figura de Cristóbal Colón, que siguen siendo objeto de debate entre historiadores.


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lunes, 14 de mayo de 2012

Iguazú de Fernando de Villena

Novela de aventuras de corte histórico, enlaza esta obra con la anterior del mismo autor: Relox de peregrinos, (1995), ya que el personaje central y narrador, Miguel, es hijo de Fernando de Vega y Tenorio, protagonista de la precedente. Continúa la casa natal en Almuñécar (Granada), donde nace Miguel a principios del siglo XVII. La acción, sin embargo, comienza al llegar el joven a los veinte años y su padre, ya en la cincuentena, viéndose envueltos en gravísimos y tristes sucesos que perturban totalmente la vida familiar. Un asesinato, la fuerte sospecha sobre una sirvienta de confuso origen, una desaparición… son los detonantes para el desarrollo de esta larga y complicada aventura que el joven Miguel vivirá junto a su padre y posteriormente en soledad, y que le convertirá en todo un hombre.

Pero no sólo enlazan las dos novelas por los personajes, sino que el estilo y el tono general de esta podría muy bien ser una continuación de la primera, si bien el exotismo de los escenarios americanos contrasta con el clasicismo de las ciudades que recorre el padre en su juventud, a lo largo de su periplo europeo. El estilo usado en ambas nos retrotrae al Siglo de Oro, no sólo por las citas de otros ilustres literatos, sino por el vocabulario, los giros, la inserción de poemas de la época, los temas tratados: lances amorosos y de honor, dobles identidades, aventuras galantes y algo de picaresca, sueños de grandeza y dura realidad cotidiana. A pesar de estar narrada igualmente en primera persona, la obra abunda en múltiples narraciones secundarias, al modo cervantino, como la anterior, a través de las que conocemos por diversas voces la historia del siglo, de las ciudades y parajes visitados, las leyendas sobre ellos, la ficción y la realidad. Tragicomedia, con breves y finos toques de humor y de amor que salpimentan ambas narraciones, en las que Fernando de Villena nos transporta a otra época con el simple pasar de las páginas, que mantienen el atractivo y el interés constante.

Padre e hijo, junto a dos criados, viajan en persecución de la presunta asesina hasta Sevilla, donde también han de esquivar peligros, y de allí embarcan, siguiendo la estela de la joven, cruzan la mar océana hasta Santa María del Buen Aire (Buenos Aires), se internan en la selva, atraviesan páramos y montañas, son atacados, han de evitar indios caníbales, traficantes de esclavos, tienen encuentros con los misioneros jesuitas que están desarrollando una experiencia especial con los musicales guaraníes, hasta llegar a las inmensas cataratas del Iguazú, que es donde se desvela el misterio ―o más bien una parte importante de él― de las identidades cruzadas. El retorno no deja de ser problemático, y las aventuras constantes, con un final algo teatral, donde se explican los motivos que dan origen a toda la historia.


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martes, 8 de mayo de 2012

El libro de Hitler, de vuelta en los colegios alemanes

Hasta la Segunda Guerra Mundial, el libro 'Mein Kampf' (Mi lucha) de Adolf Hitler era de lectura obligatoria en los colegios alemanes. Después fue prohibido y su difusión fue considerada delito de apología nazi. Ahora, el estado federado de Baviera invertirá 500.000 euros en una edición comentada para repartirla en los colegios. El objetivo declarado es desmitificar el libro, pero ¿bastará con unos comentarios para contrarrestar la fascinación que el texto sigue ejerciendo sobre la joven generación de neonazis?

"Cierta vez, al caminar por los barrios del centro, me vi de súbito frente a un hombre de largo caftán y de rizos negros. ¿Será un judío?, fue mi primer pensamiento. Los judíos en Linz no tenían ciertamente esa apariencia. Observé al hombre sigilosamente y a medida que me fijaba en su extraña fisonomía, estudiándola rasgo por rasgo, fue transformándose en mi menta la primera pregunta en otra inmediata. ¿Será también un alemán?". Así describió Hitler su primer y ya racista contacto con un ciudadano alemán judío, el principio de una particular percepción sobre 'el asunto judío' que le llevó a la conclusión de que la raza entera debía ser eliminada, un pensamiento que además quiso llevar a la práctica. Y estuvo a punto de conseguirlo.

Con la misma retórica envolvente explica Hitler en 'Mein Kampf' la racionalidad de la decisión de anexionar Austria, de dominar Europa y de lograr para el pueblo alemán, entendido este como unidad racial, un espacio vital en el que desarrollarse como clase superior y predestinada a prevalecer sobre el resto del mundo. Hasta ahora, estos planteamientos eran alejados de las mentes jóvenes en Alemania y los colegios se dedicaban, en cambio, a proyectar las imágenes de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, los esqueletos vivientes tras las alambradas, las montañas de huesudos cadáveres y las chimeneas de los hornos crematorios todavía humeantes.

Pero en 2015 caducan los derechos de autor que custodia el estado de Baviera y el libro podrá editarse libremente, por lo que el ministro de Finanzas bávaro Markus Söder, considera que "lo más indicado es publicarlo nosotros mismos en una edición convenientemente comentada y gratuita, que sea distribuida en los colegios y que evite que sean otros los que capitalicen la edición del libro de Hitler".

El proyecto ha sido encargado al Instituto de Historia Contemporánea y cuenta con el apoyo del Consejo Judío Central de Alemania, según nos confirma el presidente de la entidad, Dieter Graumann. "Creo que es una buena contribución de responsabilidad respecto al texto y creo además que el Estado Libre de Baviera merece todo nuestro apoyo", dice. Pero son muchos los pedagogos que se oponen a esta iniciativa del estado que fue la cuna del nacionalsocialismo. Klaus Wenzel, presidente de la Federación de Maestras y Maestros de Baviera advierte que la publicación "puede fortalecer al partido neonazi alemán, NPD".

"Mein Kampf no tiene nada que hacer en las escuelas", explica. "Sería mejor que los escolares estudiaran biografías de maestras y maestros judíos perseguidos y asesinados por los nazis para que supieran lo que vivieron esas personas, lo que les hizo el régimen de Hitler. Esto me parece que tiene mucho más sentido que distribuir un escrito de agitación en las escuelas. Porque en definitiva Mein Kampf no es otra cosa que un escrito de agitación", subraya.

Tras la guerra, los derechos de 'Mi lucha' y de otros textos de propagandanazis recayeron a partir de 1955 en el Estado federado de Baviera, que desde entonces ha evitado cualquier intento de reimpresión en Alemania. Como los derechos de autor quedan libres 60 años después, el texto publicado con tirajes de millones de ejemplares bajo la dictadura nazi quedará de nuevo a disposición de los editores a partir de 2015.

El tiraje proyectado de la publicación no ha sido dado a conocer, pero se prevé que también sea editada una versión comentada en inglés, un e-book y un audiolibro, lo que convierte la edición en todo un proyecto multimedia. El ministro Söder se propone además apoyar la publicación de una edición comentada de los discursos partidarios de Hitler para comparar sus textos propagandísticos con sus posteriores alocuciones y ha entablado negociaciones con editoriales y libreros para que se abstengan de comercializar otras ediciones que no sean esta, con la esperanza de monopolizar su difusión.

"La realidad, sin embargo, es que el libro estará a disposición de editores del mundo entero y el hecho de llevarlo a los colegios no ayudará en nada a poner puertas al monte", se queja el señor Wagner, director de un colegio de Berlín. Pero la decisión está tomada. "El estado tiene una responsabilidad sobre el libro incluso después de caducar los derechos de autor", insiste Söder, confiando en que las próximas generaciones de alemanes sean capaces de tomar distancia sobre el texto .

Fuente: elmundo.es

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viernes, 4 de mayo de 2012

Las guardianas del tabú de Javier Lorenzo

Tres años después de la derrota frente a las legiones de Augusto, tres años también después de que el caudillo Corocotta se presentara ante el emperador para cobrar la recompensa que había ofrecido por su cabeza, los pueblos cántabros volvieron a rebelarse encabezados por las guardianas del tabú, mujeres guerreras, que provocaron un levantamiento de esclavos en toda Hispania y en otras partes del Imperio Romano.







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jueves, 3 de mayo de 2012

La leyenda de la Torre de Doña Blanca

Se cuenta que la infanta Doña Blanca emprendió la huida de Aragón, temerosa de los celos y los miedos que le tenía su cuñada, la reina. De esta forma, llegó hasta Albarracín, donde la familia Azagra, dueña y señora de la población, la acogió con aparente hospitalidad. Sin embargo, nadie volvió a ver con vida a la infanta y se dice que fue encerrada en una torre de las murallas, la que aún hoy conserva su nombre, donde murió de tristeza. Existe la creencia de que su apenada alma todavía habita en la torre, de la que sale en las noches de luna llena para bajar a bañarse en las aguas del río Guadalaviar.

La infanta Doña Blanca era hermana menor de un príncipe heredero del trono de Aragón. Era una joven ingenua, casta y sencilla, por cuyas prendas no sólo sus padres, los monarcas, sino también toda la nobleza de estos reinos, la idolatraban. Pero la esposa del futuro rey, por la más vergonzosa envidia, la odiaba tenaz y sañudamente.

Y así ocurrió que, al morir el rey, los nobles aclamaron al príncipe heredero y aquella mujer, que tanto odiaba a Doña Blanca, quedó constituida reina de Aragón. La joven infanta se acogió al lado de su madre, la reina viuda, pero fueron los mismos nobles quienes la aconsejaron que huyera de estos reinos para salvar su vida, refugiándose en la corte de sus deudos los reyes de Castilla.

Y sucedió que un día, de paso para Castilla, llegó a Albarracín, acompañada de algunas dueñas y de pocos caballeros, la desgraciada infanta aragonesa. La acogida que a Doña Blanca de Aragón le dispensó Albarracín fue muy cordial, por cuanto que hasta aquí había llegado la fama de sus virtudes y la noticia de los odios de la reina. La ciudad entera presenció el paso de la vistosa comitiva con sus jinetes y sus escuderos por las calles tortuosas hasta llegar a los palacios de Azagra, Señor de Albarracín, donde se hospedó la joven infortunada. Consigo traía, en cofres forrados de cuero y guarnecidos de hierro, todos sus tesoros de joyas valiosas y preciadas telas. No era bien dejar todo esto en Aragón.

Pasó un día y otro día, y las gentes esperaban con impaciencia poder contemplar de nuevo el rostro de Doña Blanca y ver su lucida comitiva, al menos, cuando dejara la corte de los Azagra para continuar su viaje hacia Castilla. Mas el tiempo pasó... y las dueñas y los caballeros que habían acompañado a la infanta aragonesa emprendieron un día su regreso hacia tierras de Aragón, pero a Doña Blanca... ya nadie la vio jamás. El pueblo, lleno de sorpresa y admiración, empezó a pensar que la joven había muerto llena de tristeza por su doloroso destierro y que había sido sepultada secretamente en el famoso torreón que había de llevar su nombre en adelante. Mas nadie supo jamás lo sucedido, porque las gentes de la casa de Azagra y los nobles de la ciudad guardaron el secreto cuidadosamente.

Desde entonces, en todo plenilunio estival, cuando los próximos peñascos recogen el eco de la campana que suena la hora de la media noche, las gentes de Albarracín cuentan que se puede ver salir de la Torre de Doña Blanca una sombra clara, como de rayo de luna, a la manera de la figura de una mujer de blancas y holgada vestiduras que va descendiendo lentamente por los escarpes de la roca, como si fueran los peldaños de un palacio encantado, hasta llegar a los huertecillos y luego al río, en cuyos cristales se baña y desaparece para no ser vista hasta otra noche de plenilunio. Es " La Sombra de Doña Blanca ".

Fuentes:
http://www.albarracin.org/blanca/leyenda.html
http://www.caiaragon.com/es/arbol/index.asp?idNodo=59&idNodoP=38

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miércoles, 2 de mayo de 2012

La horca del abad de Michael Jecks

Un año más, la feria de Tavistock reúne en el condado de Devon a los comerciantes más importantes de Inglaterra y de muchos otros países. Nada más dar comienzo el evento, la población queda conmocionada al encontrarse entre un montón de basura un cadáver... decapitado.

La llegada a Devon de la conocida pareja de detectives Baldwin Furnshill y Simon Puttock como invitados del abad será providencial para el curso de la investigación. Los detectives se ocuparán de la difícil tarea de resolver un crimen en el que ni conocen la identidad de la víctima ni las razones que han podido conducir al asesino a cometer tan atroz acto.



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