En 1560 Alejandro Farnesio, príncipe de Parma, es enviado a estudiar a la universidad de Alcalá de Henares. Allí coincidirá con el heredero a la corona de España, el príncipe Carlos y don Juan de Austria, quien acaba de ser reconocido por Felipe II como hijo ilegítimo del gran emperador Carlos V.
Estudiar en la universidad junto al príncipe y el hermano del Rey es una gran oportunidad para Alejandro. Pronto se cruzan en su camino grandes personajes de la Corte, que recientemente se ha instalado en la nueva capital del Imperio, Madrid. Don Juan y él conocerán al poderoso duque de Alba, acudirán a las frecuentes fiestas de la princesa de Eboli, entablaran amistad con un joven de Alcalá de Henares, llamado Miguel de Cervantes, y serán el mejor apoyo de la bella y joven reina, Isabel de Valois. Quien les presentara a su dama de compañía, una pintora italiana, de quien se comenta por Madrid que tiene más talento que el pintor de cámara del rey, el maestro Sánchez Coello. Su nombre es tan misterioso como extraño, Sofonisba, y se convertirá en una de las pasiones de Alejandro.
Don Juan y Alejandro pronto se harán famosos por sus aventuras en la Corte. Ambos saben que han sido elegidos por el destino para, llegado el día, dirigir los ejércitos de la Cristiandad, derrotar al invencible Imperio Otomano y liberar a Inglaterra de las garras de la herejía. Pero no será una empresa fácil; los moros de las Alpujarras, los rebeldes de Flandes, los franceses y otros enemigos intentarán impedirlo. En un Imperio donde nunca se pone el sol, dos leyendas forjarán su destino.
Estudiar en la universidad junto al príncipe y el hermano del Rey es una gran oportunidad para Alejandro. Pronto se cruzan en su camino grandes personajes de la Corte, que recientemente se ha instalado en la nueva capital del Imperio, Madrid. Don Juan y él conocerán al poderoso duque de Alba, acudirán a las frecuentes fiestas de la princesa de Eboli, entablaran amistad con un joven de Alcalá de Henares, llamado Miguel de Cervantes, y serán el mejor apoyo de la bella y joven reina, Isabel de Valois. Quien les presentara a su dama de compañía, una pintora italiana, de quien se comenta por Madrid que tiene más talento que el pintor de cámara del rey, el maestro Sánchez Coello. Su nombre es tan misterioso como extraño, Sofonisba, y se convertirá en una de las pasiones de Alejandro.
Don Juan y Alejandro pronto se harán famosos por sus aventuras en la Corte. Ambos saben que han sido elegidos por el destino para, llegado el día, dirigir los ejércitos de la Cristiandad, derrotar al invencible Imperio Otomano y liberar a Inglaterra de las garras de la herejía. Pero no será una empresa fácil; los moros de las Alpujarras, los rebeldes de Flandes, los franceses y otros enemigos intentarán impedirlo. En un Imperio donde nunca se pone el sol, dos leyendas forjarán su destino.
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