Poco sospechan los cincuenta y cuatro hombres enviados por Gonzalo Pizarro en busca de alimentos, las increíbles aventuras que les aguardan en aquellos ríos desconocidos, y las páginas gloriosas que van a escribir con letras de sangre en el Libro de la Historia.
La exploración del gran río Amazonas constituye, sin duda, una de las acciones más arriesgadas e impresionantes de toda la historia de la Conquista española del continente americano. El río es descubierto ya por los primeros navegantes que bordearon la costa oriental de América, que al ver su caudal y tamaño, lo bautizaron como Río Grande. Sin embargo, nadie se atrevió a adentrarse en él hasta varias décadas después, cuando desde el Perú, recién conquistado y pacificado a sangre y fuego por Don Francisco Pizarro, se organiza una gran expedición hacia el interior. Desde hace ya tiempo, entre los asentamientos españoles, se extiende la leyenda de la existencia de «El Dorado», una paradisíaca tierra donde el oro abunda hasta tal punto que elcaudillo indio se cubre de él en una ceremonia durante el día y se despoja del polvo amarillo al anochecer… Es la búsqueda de «El Dorado» y del llamado país de la Canela lo que impulsa a trescientos cincuenta españoles, al mando de Gonzalo Pizarro, a adentrarse en el terrible infierno verde de la opresiva selva amazónica, buscando la quimera del oro y nuevas tierras que anexionar a los ya extensos dominios de la Corona. Esta expedición parte desde Quito hacia tierras desconocidas en febrero de 1541.
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